Lamento por Leonard Cohen, por Yaki Setton

«I will kill you if i must,/ i will help you if i can»

«Te matare si debo/ te ayudaré si puedo»

Leonard Cohen, Historia de Isaac

Sí, somos varios los que aún nos sentimos sobrevivientes de los campos de concentración. Es más, si hemos sido contemporáneos de esos impiadosos y crueles momentos de la humanidad -a los que han seguido y siguen lamentablemente otros- o no, no tiene ninguna importancia. Porque nos preocupamos por esos crímenes como si la Segunda Guerra nunca hubiera terminado, como si los fascismos europeos nunca se hubieran rendido, como si los crematorios nazis nunca hubieran sido inutilizados.

      ¿Esto mismo le habrá pasado a Leonard Cohen cuando eligió «El lamento del partisano» como cuarto tema de su segundo disco Songs of a room (Nashville, 1969)? «The partisan» es el título que él eligió para esta canción de resistencia escrita por Emmanuel d’Astier de la Vigerie en 1943 con música de Anna Marly, y versionada al inglés por Hy Zaret tal como figura en los créditos. La había aprendido en esos campamentos de juventud típicos de la comunidad judía canadiense en su adolescencia cuando recién comenzaban a circular los testimonios y documentos de lo que había sucedido en Europa hasta casi fines del ’45.

      Y ahí está Leonard con sus 36 años en la televisión francesa, blanco y negro, 1969, primer plano, en principio tres cuarto perfil derecho y luego izquierdo, pelo crespo oscuro, patillas, nariz aguileña unida a los bordes de sus labios por dos surcos que se marcan aún más mientras de semblante cansado y serio canta; Leonard Cohen canta:

«cuando cruzaron la frontera

me aconsejaron rendirme

lo cual no podías hacer».

“The partisan” era, no cabe duda, una canción «vieja» e incómoda para la Europa pos 68 y ni que hablar para el mundo teenager y angloparlante americano, incluida su Canadá natal, donde se imponían los Beatles, Rolling Stones, Led Zeppelin, Byrds, etc. Entonces, ¿Por qué esa insistencia? El futuro era de la juventud «rebelde», de los movimientos revolucionarios; sin embargo él sigue cantando hoy ese lamento inactual:

«Tomé mi arma y me escapé

he cambiado mi nombre tantas veces

he perdido a mi mujer e hijos

pero tengo muchos amigos,

y algunos de ellos están conmigo

aquí esta noche.»

Su rostro apenas si se expresa en esta escena, guardada hoy por youtube, salvo su voz cavernosa junto al canto agudo de las coristas tan habituales en sus discos y sus conciertos hasta el final de su vida. Su mirada se pierde, sus ojos están por momentos cerrados. Leonard Cohen mantuvo en su repertorio “The partisan”, palabras de otro pero canto propio al fin, como si no pudiera olvidar su infancia, como si no pudiera dejar de mirar atrás:

«Oh, el viento, el viento sopla.

a través de las tumbas el viento está soplando.

La libertad pronto vendrá,

entonces saldremos de las sombras.»

El querido Leonard Cohen murió a principios de noviembre (2016) y sí; estuve toda la noche en busca de sus viejos conciertos y escuchando sus primeros bellos discos. Desde aquí, desde Buenos Aires puse la primera piedra sobre tu tumba Leonard, allá en el cementerio Shaar Hashomayim de Montreal junto a la de tus padres!

Yaki Setton

Buenos Aires, EdM, enero 2017